Conoce la relación entre superdotación y desarrollo afectivo. Contar con altas capacidades intelectuales es, en principio, una maravillosa virtud. Esto significa que se requiere de un contexto adecuado para poder potenciarlos y permitirles una vida feliz.
La psicología ha estandarizado el desarrollo intelectual de las personas en diferentes etapas. Se supone que bajo una educación adecuada toda persona es capaz de adquirir ciertos conocimientos y habilidades a determinada edad. Sin embargo, el desarrollo intelectual de cada ser humano es un proceso único. Por ello, se puede percibir que cada niño en su proceso de aprendizaje se le facilita o se le dificulta en mayor medida el estudio de ciertas áreas del conocimiento sobre otras.
Existen niños y jóvenes que logran comprender conceptos, desarrollar habilidades y adquirir ciertos conocimientos a edades más tempranas de las presupuestadas. Esto se debe a que tienen capacidades intelectuales por encima de las del promedio de la población. Es lo que muchos denominan superdotación.
Si bien, contar con altas capacidades intelectuales es en principio una maravillosa virtud, de la que se espera salga beneficiado el desarrollo personal de los niños y jóvenes, puede convertirse en una carga que dificulta su diario vivir, por una sencilla razón: no sabemos vincularnos asertivamente con ellos, ni entendemos su condición, ni su emocionalidad.
Para acercarnos a descubrir cómo son y qué sienten los niños y jóvenes superdotados, se encuentra a continuación unos indicadores de sus rasgos cognitivos y afectivos y unas pautas de manejo.
Martha Lucina Hernández,
creadora de Pedagogía Sana.
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¿Cómo piensa un niño superdotado?