PedagogiaSana

¡Hola, soy Martha Lucina Hernández!

Soy terapeuta del lenguaje y la audición, con formación en neuropsicopedagogía del aprendizaje. Desde hace más de 30 años, acompaño a niños, jóvenes y familias que enfrentan diversas condiciones que dificultan la construcción de una vida plena y feliz.

Soy autora de todos los artículos, mensajes y videos que publico semanalmente en www.pedagogiasana.com, así como en YouTube, Facebook e Instagram. También trabajo como conferencista en temas relacionados con el desarrollo emocional, cognitivo y del aprendizaje infantil y juvenil. Además, soy mentora en procesos de crecimiento personal y sanación interior, y ofrezco asesoría pedagógica especializada.

Quisiera contarles acerca de mí

Nos enseñaron, desde niños, que nos definiéramos por situaciones externas: soy hija, soy esposa, soy profesional, etc. Pero si miramos nuestro interior y nos definimos desde nuestro ser, diría que soy una trascendencia del amor; me defino como un ser inmensamente amoroso, capaz de trasmitirlo y sanadora por naturaleza.

Soy una persona que ama profundamente: amo amar, amo compartir, amo la vida, amo el chocolate y amo infinitamente a los niños. Por esto he logrado sanar a cientos de niños, jóvenes y adultos, todos ellos con diversas condiciones como ansiedad, depresión, déficit de atención, trastorno obsesivo compulsivo, problemas de aprendizaje y autismo, entre otros.

Soy un ser que he podido hacer magia en el sentir de la vida de muchas personas, pues he sido un instrumento para que ellas hayan podido rescatar su esencia amorosa y su poder interno; estoy convencida de que todos somos seres de luz y que hemos venido a este mundo a brillar y abrazarnos en el inmenso poder del amor y así responsabilizarnos de nuestra vida.

Soy fuerza, soy pasión, soy risas, soy carcajadas, soy autencidad, soy creatividad, soy tolerancia, soy dedicación. Mi anhelo es que, desde mi propia construcción y sanación interior, pueda seguir evolucionando para seguir siendo un instrumento en el despertar de conciencia de las personas.

Soy un espíritu que busca, desde el amor, contagiar de amor al mundo y que las personas aprendan a ver con pasión, amor y grandiosidad extrema a los seres más sublimes: los niños.

Ahora, quiero contarles de dónde surgió Pedagogía Sana

Mi familia estaba compuesta por mis padres y mi hermano. Con el paso del tiempo, fui testigo de cómo la relación entre ellos se volvía insana. Mi madre mantenía conmigo una relación basada en el control, mientras que mi padre me brindaba amor, comprensión y alegría.

Poco después, mis padres comenzaron a sufrir por las dificultades de aprendizaje y conducta que presentó mi hermano. Aún recuerdo cómo mi madre contaba que, en su primer día de colegio, una maestra lo jaló de las orejas y lo lastimó porque no escribió bien unas palabras y no prestó atención. Desde entonces, mis padres iniciaron una búsqueda incansable de terapeutas, médicos y maestros, tratando de encontrar la forma de “sacarlo adelante”.

Yo sentía la tristeza de mi hermano y el rechazo de quienes se decían sus amigos. Me parecía profundamente injusto. Mi madre lo regañaba constantemente, y mi padre, en un intento por protegerlo, le permitía todo. Cuando yo tenía diez años, mi padre falleció. Fue un suceso que trajo un profundo dolor a toda la familia. Sin embargo, con el tiempo comprendí que tanto mis padres como mi hermano fueron mis grandes maestros. Cada uno, a su manera, me ayudó a descubrir mi propósito: brindar al mundo un don de amor y sanación.

Durante mis años en la universidad, pude sentir el sufrimiento de las familias con las que trabajaba y observar cómo el sistema terapéutico predominante estaba basado en el control. Eran terapias monótonas, frías, sin impacto real en la vida de los niños.

Por eso, al comenzar a trabajar de manera independiente, decidí tomar un camino distinto. Opté por un enfoque centrado en el vínculo afectivo, en el rescate de la esencia de cada persona, en la flexibilidad, el juego, y en relaciones auténticas, espontáneas, dinámicas y alegres. Todo ello, desde un proceso de sanación interior. No recurro a medicamentos, ni a evaluaciones estereotipadas, ni a etiquetas que dañan.

Mi trabajo se desarrolla en un entorno alejado del modelo tradicional de consultorio frío y calculador. El espacio donde atiendo es acogedor, un lugar donde los niños y sus familias pueden sentirse como en casa.

Hoy, Pedagogía Sana es un movimiento de amor con el que he podido acompañar el proceso de sanación de cientos de personas, especialmente niños y jóvenes con distintas condiciones. Agradezco profundamente a la vida por esta hermosa misión que, día a día, sigue trascendiendo.

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